viernes, 3 de octubre de 2008

Poema V de Elogios, Saint John Perse

... Porque esas aguas quietas son como leche y todo lo que se explaya en las apacibles soledades de la mañana.
El puente, lavado antes del amanecer por un agua en sueños semejante a la mezcla del alba, entabla una hermosa relación con el cielo. Y la infancia adorable del día, por el emparrado de las tiendas rodadas, desciende hasta mi canción.
Infancia, mi amor, ¿no era más que eso?
Infancia, mi amor... ese doble anillo del ojo y la delicia de amar...
Hace un tiempo tan sereno, y por otra parte tan tibio, un tiempo tan continuo que se antoja muy extraño estar allí, con las manos atadas a la sencillez del día...
Infancia, mi amor, no hay más que ceder... Pero, ¿lo he dicho ya? No quiero agitar más esa ropa blanca, allí, en lo incurable, entre las verdes soledades de la mañana... Pero, ¿lo he dicho ya? Sólo hay que servir como de soga vieja... y este corazón, este corazón, ¡allí!, arrastrándose sobre los puentes, más humilde y más salvaje y más, que un viejo estropajo, extenuado...


Saint John Perse (del libro Elogios)

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Gracias por atender la petición... Mira que no tener ningún libro de Saint John Perse en la biblioteca de la Isla de los Kokoteros...
Preciosa elección, querido Armindo de Sousa...

R.S dijo...

Gracias pelirroja, un placer volver a Perse. Esperemos que le guste a la Libélula.