De repente vi salir de las aguas la maravilla de un cuerpo azul. También la tarde se hizo de oro, y una voz lejana dijo: Su corazón adolescente es frío y tiene la luz petrificada, la sangre contenida del coral. Entonces, para sentir el peso de la leyenda, cerré los ojos, y sólo oí el leve rumor de las pagazas al levantar el vuelo.
Después, poco a poco, la tarde se hizo sombra.
Rafael Pérez Estrada del libro Bajo el cielo indeciso