martes, 9 de diciembre de 2008

Soñando con senos

Madre,
extraño rostro de diosa
sobre mi hogar de leche,
delicado asilo,
te devoré.

Mi necesidad te tragó
como si fueses comida.

Lo que diste
lo recuerdo en un sueño:
los brazos pecosos envolviéndome,
la risa en alguna parte sobre mi sombrero de lana,
los dedos de sangre atando mi zapato,
los senos colgando como dos murciélagos
y luego precipitándose hacia mí
hasta doblarme.

Ahora los senos que conocí a medianoche
me golpean como el mar.



Anne Sexton del libro El asesino y otros poemas

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