sábado, 22 de noviembre de 2008

A una joven monja

Este amor que nada pide
y que nuestros tambaleantes nacimientos
consiguieron para nosotros.
Tú en tu generación,
yo en la mía.
Yo no soy el que
buscas.
Tú no eres la que
yo he dejado de buscar.
Con que dulzura el tiempo
dispone de nosotros
mientras vamos cogidos del brazo
por el Puente de los Detalles:
Tu hora de cortar leña.
Mi hora de cocinar.
Tu hora de morir de amor.
Mi hora de resucitar.


Leonard Cohen del libro Libro del anhelo

2 comentarios:

dioni blasco dijo...

vaya dias llevas poniendo uos poemas mas guapos que la ostia.
es todo un lujo entrar aqui

R.S dijo...

Mil gracias Dioni, sigo tu estela.